lunes, 9 de junio de 2008

¿Cristo viene o ya vino en el año 70 d.C.?

La generación que vio la Venida (Mateo 24:34) De cierto os digo, que no pasará esta generación hasta que todo esto acontezca.

En el capítulo anterior vimos como la señal de la higuera dio por sentado “cuando” vendría Jesús para dar juicio a la nación adúltera. A renglón seguido (v.33) luego de darles la señal de la higuera les dice a ellos:”Así también vosotros, cuando veáis todas estas cosas, conoced que está cerca, a las puertas”. La aseveración clave de este capítulo de Mateo es el v.34, en el cual Jesús afirma que todas esas cosas que Él ha mencionado en el capítulo, pasarían en “aquella generación” y eso incluye por supuesto su Segunda Venida.

“Generación vs. Raza”

Muchos que se niegan a aceptar la promesa de Jesús para sus discípulos, se justifican en decir que Jesús no quiso decir “generación” sino “raza”. De esta manera pueden seguir sosteniendo sus argumentos dispensacionalistas acerca de los dos programas de Dios uno para Israel y otro para la Iglesia; de que “no pasará esta raza hasta que todo esto acontezca”. Específicamente dicen: “que Dios ha mantenido la raza judía hasta este tiempo para que vean todo lo que Jesús profetizó para ellos”, no para la iglesia. La palabra griega usada para generación es «genea» (Strong’s 1074), estos son algunos versos en que es usado el vocablo griego «genea» para indicar generación y no raza:

Mateo 11:16-17 Mas ¿a qué compararé esta generación? Es semejante a los muchachos que se sientan en las plazas, y dan voces a sus compañeros, 17diciendo: Os tocamos flauta, y no bailasteis; os endechamos, y no lamentasteis


Mateo 12:39 El respondió y les dijo: La generación mala y adúltera demanda señal; pero señal no le será dada, sino la señal del profeta Jonás.

Mateo 17:17 Respondiendo Jesús, dijo: ¡Oh generación incrédula y perversa! ¿Hasta cuándo he de estar con vosotros? ¿Hasta cuándo os he de soportar? Traédmelo acá.

Mateo 23:35-36 para que venga sobre vosotros toda la sangre justa que se ha derramado sobre la tierra, desde la sangre de Abel el justo hasta la sangre de Zacarías hijo de Berequías, a quien matasteis entre el templo y el altar. 36De cierto os digo que todo esto vendrá sobre esta generación.

Marcos 8:38 Porque el que se avergonzare de mí y de mis palabras en esta generación adúltera y pecadora, el Hijo del Hombre se avergonzará también de él, cuando venga en la gloria de su Padre con los santos ángeles.

Lucas 17:24-25 Porque como el relámpago que al fulgurar resplandece desde un extremo del cielo hasta el otro, así también será el Hijo del Hombre en su día. 25Pero primero es necesario que padezca mucho, y sea desechado por esta generación

Hechos 2:40 Y con otras muchas palabras testificaba y los exhortaba, diciendo: —Sed salvos de ESTA PERVERSA GENERACION.

Hechos 8:33 En su humillación no se le hizo justicia; Mas su generación, ¿quién la contará? Porque fue quitada de la tierra su vida.

Filipenses 2:15 para que seáis irreprochables y sencillos, hijos de Dios sin mancha EN MEDIO DE UNA GENERACION MALIGNA Y PERVERSA, EN MEDIO DE LA CUAL RESPLANDECEIS como lumbreras en el mundo,
Hebreos 3:9-10 Donde me tentaron vuestros padres; me probaron, Y vieron mis obras cuarenta años. 10A causa de lo cual me disgusté contra esa generación, Y dije: Siempre andan vagando en su corazón, Y no han conocido mis caminos.

Deut. 32:5-6 »La corrupción no es suya; de sus hijos es la mancha, generación torcida y perversa. 6¿Así pagáis a Jehová, pueblo loco e ignorante? ¿No es él tu padre, que te creó? Él te hizo y te estableció.

Del griego la palabra usada para raza es «genos» (Strong’s 1085) usada múltiples veces para decir linaje (Hch. 4:6; 7:13, 19; 13:16; 17:28-29; Fil. 3:5; 1 Ped. 2:9; Ap. 22:16) y nación (Mr. 7:26; 2Co. 11:26; Gál. 1:14).
Así que suponiendo la teoría en cuanto a que la “raza” judía sería mantenida intacta miles de años después, la misma se cae tomando en consideración que la palabra usada en Mateo 24:34; Marcos 13:30 y Lucas 21:32, es “genea-raza” y no “genos-linaje, nación”. El juicio vendría de manera inminente para aquella malvada generación, y el primero en anunciarlo fue Juan el Bautista:

Mateo 3:7 Al ver él que muchos de los fariseos y de los saduceos venían a su bautismo, les decía: ¡Generación de víboras! ¿Quién os enseñó a huir de la ira venidera? 8Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento, 9y no penséis decir dentro de vosotros mismos: A Abraham tenemos por padre; porque yo os digo que Dios puede levantar hijos a Abraham aun de estas piedras. 10Y ya también el hacha está puesta a la raíz de los árboles; por tanto, todo árbol que no da buen fruto es cortado y echado en el fuego.

Luego Jesús se hizo eco de este mismo mensaje (Mt. 11:16-17; 12:39; 17:17; 23:35-36; Mar. 8:38 Luc. 17:24-25), la nación de Israel se estaba preparando debido a la multitud de sus pecados para recibir el último juicio como nación escogida de Dios. Jesús mismo vendría por segunda vez en aquella generación para darles juicio y arrebatar a los que le esperaban. Jesús quien hablaba a aquella generación que aún vivía, se refirió a ellos como peores que las generaciones anteriores; “¡Vosotros, pues, colmad la medida de vuestros padres!”. La historia de la pluma de Flavio Josefo y Eusebio de Cesarea, se hace eco una vez mas de las palabras de Jesús:
“Prevalecía también lo que Dios tenía determinado, es a saber, que muriesen tanto los sin culpa e inocentes como los muy culpados, y que fuese la ciudad toda con todos los revolvedores destruida.”

“No podré contar particularmente las maldades de todos éstos, y para decir de lo mucho que querría lo menos que podré, no pienso que hubo ciudad en algún tiempo en todo el mundo que tal sufriese, ni creo que hubo nación en el mundo tan feroz y tan bastante para toda maldad y bellaquería: mal-decían también, finalmente, a los mismos judíos, por parecer menos impíos y menos malos contra los extranjeros; pero confesaron todavía lo que eran, es a saber, siervos, esclavos y gente bastarda, sin honra y sin nobleza; no judíos naturales, sino generación mala y muy perversa.”

“Ardiendo, pues, y quemándose Jerusalén, amaneció el día octavo del mes de septiembre, y si ésta se hubiera bien servido desde el tiempo que fue fundada de todos los bienes que Dios le había dado, así como se sirvió de tantas muertes cuantas experimentó, siendo cercada, hubiera sido ciertamente envidiada por todas las del universo: digna de tan grandes desdichas, no ciertamente por otra cosa, sino por haber engendrado y sufrido dentro de sí generación tal, y tan perversa, que le causase tal y tan grande destrucción.”

Esto dijo Eusebio de Cesarea acerca de las predicciones de Jesús para aquella generación:

“Cualquiera que compare las palabras de nuestro Salvador con el resto del registro del historiador de la guerra no puede dejar de sentirse asombrado ni puede dejar de confesar el carácter divino de la predicción del Salvador. En cuanto a lo que sucedió a la nación entera después de la pasión del Salvador y de lo que el populacho pidiera la liberación del bandido asesino y la muerte del autor de la vida, no hay necesidad de añadir a los registros.
Pero estaría bien añadir hechos que mostrasen la bondad de una Providencia llena de gracia al retardar la destrucción de los judíos durante 40 años después de su crimen contra Cristo. Todo aquel tiempo, la mayoría de los apóstoles, incluyendo el primer obispo, el mismo Jacobo, llamado el hermano del Señor, estaban aún vivos, y el hecho de que se quedasen en la ciudad constituía una poderosa protección para el lugar. Porque Dios seguía manifestando su paciencia, esperando que se arrepintiesen de sus malas obras y que alcanzasen el perdón y la salvación, pero enviando también milagrosas advertencias de lo que iba a suceder si no se arrepentían.”

Cuarenta años dice Eusebio que Dios retardó la destrucción de la nación y son precisamente cuarenta la cantidad de años de que se compone una generación. Por otro lado es importante notar que Eusebio dice que Dios manifestando su paciencia esperaba que aquella generación se arrepintiera y salvara. Esta misma era la esperanza de Pedro, escribe que Dios era paciente para que ninguno pereciera y procedieran al arrepentimiento, Pedro anhelaba la venida de Jesús y los exhortaba a no tomar por tardanza la venida:
2Pedro 3:9-10 El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento. 10Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche. Entonces los cielos pasarán con gran estruendo, los elementos ardiendo serán deshechos y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas. De esta manera Pedro también profetiza cual sería el fin de aquel gobierno al que él llama cielos y tierra. En conclusión ellos mismos echaron sobre sí la sentencia de juicio cuando negaron a
Jesús como su Rey y prefirieron a Barrabás; “Su sangre sea sobre nosotros, y sobre nuestros hijos.”:

Mateo 27:24 Viendo Pilato que nada adelantaba, sino que se hacía más alboroto, tomó agua y se lavó las manos delante del pueblo, diciendo: Inocente soy yo de la sangre de este justo; allá vosotros. 25Y respondiendo todo el pueblo, dijo: Su sangre sea sobre nosotros, y sobre nuestros hijos.

Para quiénes piensan que se ha establecido una doctrina alrededor de este solo verso: “De cierto os digo, que no pasará esta generación hasta que todo esto acontezca”, este capítulo les ha servido para ver como toda la prédica de Juan el Bautista, la prédica de Jesús y sus parábolas, giran en torno a este verso. Jesús habló de juicio a su generación, generación que duró cuarenta años, tal y como Él lo dijo. Los testimonios de Tácito y Josefo son prueba irrefutable de que Jesús no mintió de que en “aquella generación” pasarían esas cosas incluyendo su Segunda Venida. Eusebio de Cesarea, Obispo Cristiano, durante la época de Constantino el primer Emperador que aceptó el cristianismo, da testimonio de que todo lo dicho por Flavio Josefo en su libro “Las guerras de los judíos” es fiel y verdadero.

¿Quién motivó a los discípulos a esperar la Segunda Venida durante aquella generación?

Las epístolas son testigo fiel acerca de cómo los discípulos de Jesús estuvieron atentos en todo tiempo a la Segunda Venida de su Maestro. Y mientras más se acercaba el tiempo mas ellos hablaban de la inminencia de la misma. Pedro, Juan, Santiago y Pablo esperaban la inminente venida de Jesús durante sus vidas. Pero ¿que razón hubo para que los discípulos esperaran esa venida en sus vidas?, o tal vez la pregunta debería ser; ¿quién los motivó a esperar al Maestro en su propio tiempo, en su propia generación?

Muy sencillo, Jesús mismo provocó ese deseo en ellos:
Mateo 10:22-23 Seréis odiados por todos por causa de mi nombre; pero el que persevere hasta el fin, este será salvo.23 Cuando os persigan en una ciudad, huid a otra. De cierto os digo que no acabaréis de recorrer todas las ciudades de Israel antes que venga el Hijo del hombre.

Mateo 16:27-28 porque el Hijo del hombre vendrá en la gloria de su Padre, con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras.28 De cierto os digo que hay algunos de los que están aquí que no gustarán la muerte hasta que hayan visto al Hijo del hombre viniendo en su Reino.
Mateo 24:33-35 Así también vosotros, cuando veáis todas estas cosas, conoced que está cerca, a las puertas.34 De cierto os digo que no pasará esta generación hasta que todo esto acontezca.35 El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.

Mateo 26:63-64 Pero Jesús callaba. Entonces el Sumo sacerdote le dijo: —Te conjuro por el Dios viviente que nos digas si eres tú el Cristo, el Hijo de Dios. 64 Jesús le dijo: —Tú lo has dicho. Y además os digo que desde ahora veréis al Hijo del hombre sentado a la diestra del poder de Dios y viniendo en las nubes del cielo.

Juan 14:1-3 »No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí.2 En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros.3 Y si me voy y os preparo lugar, vendré otra vez y os tomaré a mí mismo, para que donde yo esté, vosotros también estéis.

Juan 14:18-20 »No os dejaré huérfanos; volveré a vosotros.19 Todavía un poco, y el mundo no me verá más, pero vosotros me veréis; porque yo vivo, vosotros también viviréis.20 En aquel día vosotros conoceréis que yo estoy en mi Padre, y vosotros en mí y yo en vosotros.

Juan 14:22-28 Le dijo Judas (no el Iscariote): —Señor, ¿cómo es que te manifestarás a nosotros y no al mundo? 23 Respondió Jesús y le dijo:—El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos morada con él.24 El que no me ama no guarda mis palabras; y la palabra que habéis oído no es mía, sino del Padre que me envió. 25 »Os he dicho estas cosas estando con vosotros.26 Pero el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas y os recordará todo lo que yo os he dicho. 27 »La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón ni tenga miedo. 28 Habéis oído que yo os he dicho: “Voy, y vuelvo a vosotros”. Si me amarais, os habríais regocijado, porque he dicho que voy al Padre, porque el Padre mayor es que yo.

Juan 21:20-24 Volviéndose Pedro, vio que los seguía el discípulo a quien amaba Jesús, el mismo que en la cena se había recostado al lado de él y le había dicho: «Señor, ¿quién es el que te ha de entregar?».21 Cuando Pedro lo vio, dijo a Jesús:—Señor, ¿y qué de este? 22 Jesús le dijo:—Si quiero que él quede hasta que yo vuelva, ¿qué a ti? Sígueme tú. 23 Se extendió entonces entre los hermanos el rumor de que aquel discípulo no moriría. Pero Jesús no le dijo que no moriría, sino: «Si quiero que él quede hasta que yo vuelva, ¿qué a ti?». 24 Este es el discípulo que da testimonio de estas cosas, y escribió estas cosas; y sabemos que su testimonio es verdadero.

De los pasajes leídos anteriormente, siendo debidamente fijados en el tiempo y espacio en que fueron escritos, podemos deducir que los apóstoles esperaban la venida inminente de Jesús para sus vidas. Y esperaban esa venida porque Jesús mismo les exhortó a anhelarla. La esperaban porque en medio de tan grande tribulación su venida significaba bálsamo para ellos, sería el premio por haber aguardado pacientemente su Palabra de verdad.
Jesús habló a sus seguidores a los hombres que Él mismo discípulo, a un auditorio del primer siglo en Palestina, no a un auditorio del año 2,000 d.C. Bajo ninguna circunstancia me atrevo a pensar que Jesús no cumplió sus palabras a estas personas, sus amigos, discípulos y familiares. Todos ellos, Juan, Pablo, Pedro, Lucas, Mateo, Santiago, etc. esperaban la pronta venida de su maestro pues a eso fue a lo que Jesús los exhortó; a que esperasen su pronta venida en aquella generación.

¿Cree usted que Jesús les daría una esperanza ilusoria si no iba a ser cierto que El volvería “pronto” a ellos? Jesús no engañó a los discípulos, ni les dio falsas esperanzas porque Él mismo estuviera tan confundido con lo relacionado a su segunda venida. Las citas antes referidas nos están mostrando con absoluta claridad que Jesús mismo los exhortó a esperar con valor y santidad su pronta venida en aquella generación. Estos son los testimonios de algunos de los discípulos que esperaban la Segunda Venida en su vida en aquella misma generación:

Romanos 13:12 La noche está avanzada y se acerca el día. Desechemos, pues, las obras de las tinieblas y vistámonos las armas de la luz.

Romanos 16:20 Y el Dios de paz aplastará muy pronto a Satanás bajo vuestros pies. La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vosotros.
Filipenses 4:5 Vuestra gentileza sea conocida de todos los hombres. El Señor está cerca.

1Corintios 1:7-8 de tal manera que nada os falta en ningún don mientras esperáis la manifestación de nuestro Señor Jesucristo;8 el cual también os mantendrá firmes hasta el fin, para que seáis irreprensibles en el día de nuestro Señor Jesucristo.

1Cor. 4: Aunque de nada tengo mala conciencia, no por eso soy justificado; pero el que me juzga es el Señor. 5Así que no juzguéis nada antes de tiempo, hasta que venga el Señor, el cual aclarará también lo oculto de las tinieblas y manifestará las intenciones de los corazones. Entonces, cada uno recibirá su alabanza de Dios.

1Corintios 7:29-31 Pero esto digo, hermanos: que el tiempo es corto. Resta, pues, que los que tienen esposa sean como si no la tuvieran;30 los que lloran, como si no lloraran; los que se alegran, como si no se alegraran; los que compran, como si no poseyeran,31 y los que disfrutan de este mundo, como si no lo disfrutaran, porque la apariencia de este mundo es pasajera.

1Corintios 15:23 Pero cada uno en su debido orden: Cristo, las primicias; luego los que son de Cristo, en su venida.

1Tesalonicenses 2:19 Porque ¿cuál es nuestra esperanza, o gozo, o corona de que me gloríe? ¿No lo sois vosotros, delante de nuestro Señor Jesucristo, en su venida?

1Tesalonicenses 3:13 para que sean afirmados vuestros corazones, irreprensibles en santidad delante de Dios nuestro Padre, en la venida de nuestro Señor Jesucristo con todos sus santos.

1Tesalonicenses 4:15 Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron.

1Tesalonicenses 5:23 Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo.

2Tesalonicenses 2:1 Pero con respecto a la venida de nuestro Señor Jesucristo, y nuestra reunión con él, os rogamos, hermanos,

1Timoteo 6:14 que guardes el mandamiento sin mácula ni reprensión, hasta la aparición de nuestro Señor Jesucristo

Hebreos 1:1-2 Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas,2 en estos últimos días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo y por quien asimismo hizo el universo.

Hebreos 9:26-27- De otra manera le hubiera sido necesario padecer muchas veces desde el principio del mundo; pero ahora, en la consumación de los tiempos, se presentó una vez para 6
siempre por el sacrificio de sí mismo para quitar de en medio el pecado.27 Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio,

Hebreos 10:24-25 Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras, 25 no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca.
Hebreos 10:36-37 36porque os es necesaria la paciencia, para que habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa. 37Porque aún un poquito, Y el que ha de venir vendrá, y no tardará.

Santiago 5:7-9, 7 Por tanto, hermanos, tened paciencia hasta la venida del Señor. Mirad cómo el labrador espera el precioso fruto de la tierra, aguardando con paciencia hasta que reciba la lluvia temprana y la tardía. 8Tened también vosotros paciencia, y afirmad vuestros corazones; porque la venida del Señor se acerca. 9Hermanos, no os quejéis unos contra otros, para que no seáis condenados; he aquí, el juez está delante de la puerta.

1Pedro 4:7 Mas el fin de todas las cosas se acerca; sed, pues, sobrios, y velad en oración.

Judas 14 De éstos también profetizó Enoc, séptimo desde Adán, diciendo: He aquí, vino el Señor con sus santas decenas de millares, 15para hacer juicio contra todos, y dejar convictos a todos los impíos de todas sus obras impías que han hecho impíamente, y de todas las cosas duras que los pecadores impíos han hablado contra él. 16Estos son murmuradores, querellosos, que andan según sus propios deseos, cuya boca habla cosas infladas, adulando a las personas para sacar provecho.17Pero vosotros, amados, tened memoria de las palabras que antes fueron dichas por los apóstoles de nuestro Señor Jesucristo; 18los que os decían: En el postrer tiempo habrá burladores, que andarán según sus malvados deseos. 19Estos son los que causan divisiones; los sensuales, que no tienen al Espíritu.

2Pedro 1:16 Porque no os hemos dado a conocer el poder y la venida de nuestro Señor Jesucristo siguiendo fábulas artificiosas, sino como habiendo visto con nuestros propios ojos su majestad.

2Pedro 3:4 y diciendo: ¿Dónde está la promesa de su advenimiento? Porque desde el día en que los padres durmieron, todas las cosas permanecen así como desde el principio de la creación.

Santiago 5:7-9 7Por tanto, hermanos, tened paciencia hasta la venida del Señor. Mirad cómo el labrador espera el precioso fruto

2Pedro 3:9-12 El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento. 10Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas. 11 Puesto que todas estas cosas han de ser deshechas, ¡cómo no debéis vosotros andar en santa y piadosa manera de vivir,12 esperando y apresurándoos para la venida del día de Dios, en el cual los cielos, encendiéndose, serán deshechos, y los elementos, siendo quemados, se fundirán!

1Juan 2:17-19 Y el mundo pasa, y sus deseos, pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre. 18 Hijitos, ya es el último tiempo. Según vosotros oísteis que el Anticristo viene, así ahora han surgido muchos anticristos; por esto conocemos que es el último tiempo.19 Salieron de nosotros, pero no eran de nosotros, porque si hubieran sido de nosotros, habrían permanecido con nosotros; pero salieron para que se manifestara que no todos son de nosotros.
Como vemos Pablo, Pedro, Judas, Santiago, el autor de Hebreos y Juan habían creído a la promesa de Jesús y aguardaban la maravillosa venida de su Salvador en aquella generación. De hecho Jesús había dicho a su discípulo amado Juan que él estaría vivo hasta que el viniera por Segunda Vez:

Juan 21:20 Volviéndose Pedro, vio que les seguía el discípulo a quien amaba Jesús, el mismo que en la cena se había recostado al lado de él, y le había dicho: Señor, ¿quién es el que te ha de entregar? 21Cuando Pedro le vio, dijo a Jesús: Señor, ¿y qué de éste? 22Jesús le dijo: Si quiero que él quede hasta que yo venga, ¿qué a ti? Sígueme tú. 23Este dicho se extendió entonces entre los hermanos, que aquel discípulo no moriría. Pero Jesús no le dijo que no moriría, sino: Si quiero que él quede hasta que yo venga, ¿qué a ti? 24Este es el discípulo que da testimonio de estas cosas, y escribió estas cosas; y sabemos que su testimonio es verdadero.

Los discípulos creían que Juan no moriría, pero eso no fue lo dicho por Jesús. Lo que Jesús quiso decirles, fue que Juan permanecería vivo hasta su venida en el año 70. Jesús preservó a Juan durante la Gran Tribulación y Él mismo le dio la visión de Apocalipsis, en ese libro Jesús le advierte a sus santos la persecución de que serían objeto primeramente por parte de los judíos y por Roma, y la inminente venida del Señor en juicio con fuego para su pueblo infiel en el año 70. Apocalipsis también da aliento mostrando el triunfo de Jesús sobre los poderes de las tinieblas y el establecimiento de su reino espiritual en la tierra.
La Biblia Plenitud sostiene que la evidencia interna del Apocalipsis muestra que el libro fue escrito antes del año 70.

Si No Puedes Ganarte La Salvación atraves de tus Buenas Obras, ¿Cómo Es Que Puedes perderla si no las haces?

Leemos en Rom.9:15,16: "Porque dice a Moisés: Tendré misericordia de quien tenga misericordia, y me compadeceré de quien me compadezca. Por lo tanto, no depende del que quiere ni del que corre, sino de Dios quien tiene misericordia" (cita a Ex.33:19).
No podemos ser salvos por hacer buenas obras. Esta es la doctrina de la Gracia. Pero la pregunta que tenemos que contestar es esta: ¿es posible perder la salvación por haber pecado?
Si Dios dice que va a tener compasión sobre alguien, ¿cómo puede esa persona evitar la compasión divina. ¿Cómo es posible que el hombre rebelde haga nula la voluntad de Dios? Si decimos que el hombre rebelde puede rechazar definitivamente la compasión de Dios, ¿no es esto lo mismo que decir que puede derrotar el plan y la providencia de Dios?
El contexto de las palabras de Pablo en Romanos 9 es la ira de Dios. Esaú fue aborrecido por Dios aún antes de nacer. Faraón fue destruido por Dios para demostrar el poder divino. Por eso, los que leen a Pablo se preguntan: "¿acaso hay injusticia en Dios?" (Rom.9:14). Pablo contesta: "de ninguna manera." Dios puede derramar su ira sobre quien él escoge destruir y la persona que es un vaso de ira no puede hacer nada para evitar el propósito de Dios.
Ya que Pablo ha establecido la base de su argumento, luego cambia el tema y dice que la misericordia de Dios es tan irresistible como la ira. Así como los objetos de su ira no la pueden evadir, tampoco los objetos de su compasión podrán hacerlo. ¿Qué más puede querer decir con su argumento?
Contestación Equivocada
"Pero Pablo no estaba discutiendo la cuestión de la ira de Dios en este pasaje. Por eso no quiso decir que la misericordia es evitable. El hombre tiene la libertad para escoger lo que quiera; o, aceptar la misericordia; o, seguir bajo la ira de Dios. El vaso de ira y el vaso de honor pueden cambiar su estado. Es una cuestión de elección humana, no de la decisión divina que predestina."

Contesto: Pero, ¿qué dice el texto? Dice que Dios aborreció a Esaú antes de que este hubiera hecho ni bien ni mal. También dice que Dios amó a Jacob antes que este hubiera hecho ni bien ni mal. Antes de nacer Dios ya había decidido cuál de los dos sería el objeto de su ira, y cuál sería el vaso de honra. Y, de esta decisión Dios nunca se alejó.
Y, ¿qué de Faraón? Pablo nos dice precisamente lo que era el rey: un objeto de deshonor. Faraón nunca podía ser un vaso de honra, como tampoco Moisés no podrías ser nunca un vaso de deshonra. Dios demostró misericordia a Jacob y a Moisés; ellos no pudieron escapar a su destino. La voluntad de Dios es irresistible.
Esta es la idea del capítulo 9 de Romanos. Pablo argumenta que los vasos de honra están seguros de su destino y de igual manera los vasos de deshonra no pueden escapar del suyo. No es nuestra voluntad o nuestro correr lo que determina nuestra condición eterna. La decisión de Dios la establece.
¿Entiende usted ahora el porque nunca oye un sermón sobre Rom. 9?
Para estudiar más del tema lea: Sal.115:3; Isa.14:27; Eze.37:1-14; Dan.4:35; Hch.13:48; Efe.2:4-6.